Argentina, emprender y la piña que no vi venir
- Mercato Chef
- 11 sept
- 2 Min. de lectura
En Argentina todos nos comemos piñas.
Algunos en la cancha, como me pasó a mí el fin de semana, y otros en la vida diaria, cuando la economía se mueve como un ring sin reglas claras.
Esta semana el golpe vino tambien por el lado electoral: un resultado que puso nervioso al mercado, el dólar que sube, los precios que se acomodan para arriba pero nunca para abajo.
Y ahí estamos los de siempre: los que queremos emprender, invertir, dar laburo, pero nos frenan con la incertidumbre.
La verdad es que durante años nos acostumbraron a un modelo donde todo se sostenía con parches.
Déficit, emisión, crédito caro o inexistente.
Eso nunca favoreció al que labura, al que quiere crecer. Y hoy, cuando alguien intenta ordenar la macro, sí, la piña se siente fuerte.
Pero… ¿cuál es la alternativa? ¿Seguir haciendo lo mismo que nos trajo hasta acá?
No, gracias.

Porque emprender es igual que un partido.
Te pueden pegar codazos que los demás ni ven, te podés quedar con un ojo negro, pero si abandonás la cancha perdés seguro.
Hay que ajustar la estrategia, cambiar la jugada y seguir.
Lo mismo pasa con la política: no podemos seguir esperando que con las recetas de siempre mágicamente nos vaya bien. Hay que bancarse la transición, el dolor del golpe, para poder ver resultados a futuro.
Los emprendedores lo sabemos mejor que nadie: sin inversión no hay crecimiento, y sin confianza no hay inversión.
Por eso necesitamos un país que dé previsibilidad, que premie al que se levanta todos los días a trabajar, y que entienda que el verdadero motor está en el que emprende, no en el que especula.
Un ojo negro, un dólar nervioso o una elección complicada no nos van a frenar.
Lo que vale la pena exige resistencia, cabeza fría y pasión para seguir adelante.
Hoy más que nunca:Aguantar la piña, ajustar la estrategia y no volver atrás.
Sempre Avanti
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